La revista The Washington Diplomat es la publicación diplomática por excelencia en la capital de Estados Unidos, Washington, DC. Es muy popular y conocida entre ese segmento de profesionales. Uno tiene que asumir que una revista cuya audiencia es el mundo diplomático ha de tener un conocimiento muy superior al ciudadano medio sobre la comunidad internacional.
Cada mes dedica su portada a un embajador y a un país. El número de julio le tocó al embajador español ante la Casa Blanca, Ramón Gil-Casares.
El embajador hizo un excelente trabajo a la hora de recalcar los aspectos positivos de España para el inversor estadounidense. También a la hora de explicar las crecientes inversiones españolas en Estados Unidos.
Lo curioso llega cuando, al final del artículo, la revista pone la ficha técnica del país. En el apartado de “tamaño”, lo describe, prepárense, como “el más grande de Sudamérica”. Sí. Les advertí que se prepararan. Sin embargo, ahí no acaba la cosa. Hay un apartado que se llama “independencia” y ahí indica que la fecha de Independencia de España es “1492”.
Es muy grave que la revista por antonomasia de la comunidad diplomática de una capital tan poderosa e influyente como Washington ponga que España es el país más grande de Sudamérica. No importa si fue un error. Estoy seguro que esa publicación jamás hubiera cometido el fallo de, por ejemplo, decir que “Gran Bretaña es el país más grande de Asia” o de África, lugares donde tuvo muchas colonias.
Posteriormente, la página web de la revista rectificó y en el perfil finalmente se nos sitúa como un país en el sur de Europa.
España no sólo no está en Sudamérica, sino que el comentario también indica una ignorancia supina en cuanto al tamaño geográfico de España y el de los países de Sudamérica. Brasil es 17 veces más grande que España, Argentina cinco, Colombia, Perú y Bolivia dos y Venezuela también casi dos. Incluso Chile es apreciablemente más grande que España.
No obstante, a pesar de rectificar el tema del tamaño, lo que continúa en la ficha del país es que la fecha de independencia es 1492. Yo no soy un historiador, pero jamás he escuchado que España tenga una fecha de independencia oficial, como sí es el caso de los países latinoamericanos.
España tuvo un proceso de construcción y sin duda el reinado de Isabel y Fernando de Castilla fue histórico, pero de ahí a decir que la fecha de la independencia de España es la de 1492 va un océano. España ha sido invadida muchas veces y esas invasiones siempre fueron repelidas. Cierto que la invasión árabe fue larga, pero una más.
Lo que parece una mera anécdota expone tristemente el poco conocimiento que hay sobre España incluso entre aliados tan importantes como EEUU, con quien cada día tenemos más lazos de todo tipo.
¿Nombrar embajadores para la Marca España? Fantástico. ¿Visitas de Estado para resaltar el perfil del país? Fantástico. ¿Campañas de marketing y publicidad? Fantástico. Pero resulta obvio que hay que hacer mucho más para dar a conocer España al mundo.
El ex presidente Clinton dijo una vez “Yo repito un mensaje 10 millones de veces y cuando llego a la vez número 10 millones, entonces es cuando la gente me empieza a escuchar”. Y eso lo decía Clinton cuando aún era presidente del país más poderoso que haya existido jamás. Un César moderno.
No existe un pelotazo informativo que eleve el perfil de España a nivel público en la comunidad internacional. Hay que crear un mensaje efectivo, arremangarse y repetirlo millones de veces para que empiece a calar. También hay que entender el público hacia quien va dirigido ese mensaje.
Cuando sea imposible que alguien en una revista como The Washington Diplomat cometa un error diciendo que España está en Sudamérica, significará que estamos consiguiendo el objetivo.